Por: Joaquín Bustamante Figueroa
- Desvalorización del arte y poesía de Rubén Darío durante su estadía en Chile
Carlos José Blandón Ruiz«Nunca podré olvidar que allí pasé algunas de las más dulces horas de mi vida y también de las arduas, pues en Chile aprendí a macizar mi carácter y a vivir mi inteligencia.» Rubén Darío Nicaragua es un país privilegiado por ser cuna de uno de los más ilustres poetas del último siglo. Han pasado ya, ciento cincuenta años de su natalicio y ciento uno de su tránsito a la inmortalidad, y Rubén Darío sigue siendo una élite por antonomasia dentro de la literatura nicaragüense y universal. Tanto así que, según Rodríguez (2016): «Por su naturaleza fogosa e intelectual, [a Darío] la patria le queda chica, y no encontrando en ella apoyo, ni familiar ni del gobierno, decide viajar a El Salvador y luego a Chile, dando inicio a su vertiginosa carrera poética» (p. 45).Así pues, el cuello del cisne sería: Darío fue bien acogido estando en Chile?, valoraron su capacidad poética y artística? Son interrogantes que llevan a la reflexión y es ese el motivo del presente ensayo. Mi objetivo principal es describir, mediante el auxilio de tres poemas del libro Azul, cómo se menospreció su talento, en una sociedad cuyo capitalismo 1 era creciente.Entrando en contexto, la Biblioteca Nacional Digital de Chile (2015), revela que:
«El viaje de Rubén Darío a Chile ocurrió en un momento en que nuestro país cruzaba por un período de esplendor y verdadero florecimiento cultural. «Ve a Chile! Chile es la gloria…», le comentó el escritor salvadoreño Juan J. Cañas, motivando de inmediato su partida. El joven poeta salió desde su tierra natal, Nicaragua, en mayo de 1886, arribando a Valparaíso el 24 de junio de ese mismo año, «cuando tenía apenas 19 años de edad», afirma por su parte (Tünnermann, 2015).Dicha Biblioteca Digital refiere que Darío, cuando pisa los suelos de Valparaíso:
«fue recibido por Eduardo Poirier, quien le dio la bienvenida oficial y lo presentó ante la intelectualidad chilena mediante un artículo publicado en El Mercurio. En agosto partió a Santiago, con el fin de mostrarse ante la juventud letrada y trabajar como redactor del diario La Época. Sus primeras impresiones quedaron grabadas en su autobiografía: «vivir de arenques y cerveza en una casa alemana para poder vestir elegantemente, como correspondía a mis amistades aristocráticas.»Y, es en esa expresión donde Darío evidencia uno de los tantos tragos acérrimos que sorbió, pues el artista fue discriminado por la sociedad chilena; tanto así que resulta inverosímil que incluso hayan equivocado su ilustre
1 El capitalismo según la Enciclopedia de Economía (2009, párr. 1) es un sistema de organización económica caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la utilización del trabajo asalariado. El capitalismo es un sistema de organización económica descentralizado, en el que el principio del máximo beneficio o lucro es el norte y guía de todas las decisiones económicas, se utilizan los precios como señal informativa y el mercado como mecanismo general de coordinación.
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- nombre en los tabloides chilenos. Lamentablemente, en él se aplica el cruel presagio de que nadie es profeta en su misma tierra y al parecer, su carrera en el suramericano país, le llenó de algunas espinas el rosal de la gloria. En consecuencia, surgieron de él sentimientos antagónicos de frustración e insatisfacción personal. Así lo evoca en su poema Ay, triste del que un día:
Ay, triste del que un día
Ay, triste del que un día en su esfinge interior
pone los ojos e interroga. Está perdido.
Ay del que pide eurekas al placer o al dolor.
Dos dioses hay, y son: Ignorancia y Olvido.En esos versos es importante notar el uso de mayúsculas en los dos dioses a los que hace alusión: Ignorancia, porque solamente quienes desconocen la belleza que encierra el arte se atreven a menospreciarle y Olvido, porque este ha sido el común denominador hacia los artistas, debido a que raras veces se les reconoce su labor mientras están vivos.
Por otra parte, se conoce que, en muchos de sus cuentos y poemas, don Rubén proclama la desigualdad social como un elemento coadyuvante para remarcar la discriminación, aunque por lo general suele sucederle a los humildes, a los desposeídos. Refiriéndose a esta situación, en su Autobiografía, Rubén Darío, citado por Rodríguez (2004) expresa: «Santiago paga poco a sus escritores y mucho a sus palafreneros» (p. 29).
Ahora bien, Róger y René Matus Lazo (1993) concluyen: «los cuentos de Azul manifiestan una desgarrada crítica social. La vida de Rubén se inscribe en la etapa del capitalismo creciente y arrollador, y Chile en los tiempos de Azul presenta una sociedad de profundas contradicciones» (p. 153).
Ellos expresan que la crítica social de Darío, se manifiesta en La canción del oro, El rey burgués, El fardo y otros. Sin embargo, en este ensayo ejemplifico únicamente tres cuentos de la obra primigenia Azul, los cuales consideré reflejan claramente el tema en estudio, mismos que abordaré a posteriori ordenadamente, según la segunda edición de Azul… (2007):
Primeramente, el cuento El rey burgués 2, en cuyos primeros versos dice textualmente: «Un día llevaron una rara especie de hombre ante su trono ( )». Esta expresión peyorativa, sin duda alguna, manifiesta el desprecio y rechazo al poeta, es evidente que la actitud del artista es significativa ante el mundo y la sociedad, puesto que la meta principal de esta última es la obtención de riqueza y posición social. En cambio, la del poeta es transmitir sus emociones, quedando en esto de manifiesto, el vínculo indisoluble del sentimiento que tiene acerca de su ubicación entre los hombres (antagonismo poeta-burgués).
En ese marco, se hace de imperante necesidad traer a colación un análisis semiótico que realizase la maestra Marlene Rodríguez, estudiosa rubendariana, en su libro Paratexto de Azul de Rubén Darío, donde esboza categóricamente:
«este adjetivo burgués nos sitúa en el contexto socio-económico de la historia de ese rey, no es un rey cualquiera parece decirnos Rubén, es el Rey Burgués: rico, poderoso que creía que el lujo, el esplendor y la riqueza es privilegio del arte, entonces es ahí donde que visualizamos las grandes
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- antítesis con que trabaja su espacio literario Rubén: riqueza vs. Arte puro, antítesis con que trabaja todo el cuento» (2004, p. 84).
Por lo antes expuesto, se corrobora que El rey burgués es una clara denuncia social y es aquí donde el poeta brinda un amplio panorama de la relación entre el mundo real de Chile y el mundo imaginario del poeta, pues no cabe duda que él deseó vivir en un ambiente más formidable y sentirse muy bien acogido por los que le rodeaban en ese momento.
Refiriéndonos al cuento El velo de la reina Mab 3, ejemplifica el cuento parisiense en forma de cuadros sucesivos que llevan la acción gradualmente hacia su desenlace. En sí, el dramatismo del relato está dado por el juego de tensiones y distensiones que sostienen los parlamentos de los artistas. La estructura de este juego se presenta idéntica en los cuatro monólogos: a una profunda depresión sigue un momento de exaltación en el que se identifica el arte con la divinidad, para luego caer nuevamente en el desaliento del genio rechazado por el hombre común.
Por su parte, Perdomo (2011) nos brinda generalidades del contexto en que se encierra el cuento El velo de la reina Mab, afirma:
«Es una crítica al mundo utilitarista que se apoderaba de latinoamérica (sic), donde empezaba el desarrollo capitalista y como consecuencia todo tendría que tener un valor económico, incluyendo el arte, por lo tanto, éste tendría que tener su precio monetario más que estilístico, lo que desata una revolución por parte de los artistas […]. En consecuencia, los autores del arte deciden aislarlo de la realidad mundana e idear una forma en que únicamente las elites (sic) intelectuales pudieran acceder a él […]. La estrategia utilizada por Rubén Darío y demás autores, es escribir con un lenguaje demasiado culto e inaccesible para el vulgo iletrado.» (párr., 1 y 2).
Si bien es cierto, la mención de la reina Mab caracterizada por el lujo de su vehículo «su carro hecho de una sola perla, tirado por cuatro coleópteros de petos dorados y alas de pedrería», lleva a determinar que esta viene siendo la representación del capitalismo, al igual que las hadas que repartieron oro y riquezas a unos pocos. La reina es en sí el espíritu capitalista que se encuentra con el arte, que se presenta como un ser que comprende las tristezas de los artistas, pero que al final los cubre con un velo mágico que los sumerge en alegría, los llena de esperanza con «el diablillo de la vanidad», tal como lo dice el texto.
En consecuencia, Rubén Darío también ve a la sociedad capitalista como la perdición del artista, que se hundirá en la miseria, porque sus trabajos no se aprecian, entonces no serán comercializados: «Yo escribiría algo inmortal; mas, me abruma un porvenir de miseria y de hambre…» En esa simple frase refleja la preocupación del artista, que ve en su porvenir el acabose y la degradación de su obra.
Y es así, que los versos siguientes, indudablemente, manifiestan la necesidad de la esperanza en la lucha del artista (Rubén Darío) por alcanzar el ideal. El cuento dice textualmente:
«Lo que es hoy romperé mis pinceles. Para qué quiero el iris y esta gran palea campo florido, si a la postre mi cuadro no será admitido en el salón? […] He trazado en mis lienzos los nimbos de los santos y las alas de los querubines. Ah, pero siempre el terrible desencanto […] Vender una Cleopatra en dos pesetas para poder almorzar…!»
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- A continuación, ejemplifico el último cuento del libro Azul que brinda un significativo aporte para consolidar la temática principal de este escrito: La canción del oro 4. La canción del oro es un cuento, donde Rubén Darío coloca al poeta reducido a su mínima expresión, solidario con los que sufren los improperios de ese mundo egoísta y mezquino de la sociedad burguesa. Así comienza:
«Aquel día un harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un poeta, llegó, bajo la sombra de los altos álamos, a la gran calle de los palacios, donde hay desafíos de soberbia entre el ónix y el pórfido, el ágata y el mármol; en donde las altas columnas, los hermosos frisos, las cúpulas doradas, reciben la caricia pálida del sol moribundo.»
Para reforzar lo anterior, según Lázaro (2010), La canción del oro es:
«El lamento que lanza al espacio (porque no hay nadie oyéndolo) un mendigo que ve llegar a una pareja de aristócratas a insertarse en una especie de «fiesta» del lujo y el poder que da el dinero, y dentro de su «filosofía» vital, enjuicia la repercusión que tiene este valor material capaz de dar y de quitar según sean las características de cada ser humano.»
En uno de sus fragmentos, el cuento dice:
«Cantemos el oro, purificado por el fuego, como el hombre por el sufrimiento; mordido por la lima, como el hombre por la envidia; golpeado por el martillo, como el hombre por la necesidad; realzado por el estuche de seda, como el hombre por el palacio de mármol…»
En los versos citados se percibe la agonía del hombre que no tiene ni siquiera dónde guarecerse del frío, en contraste, con la soberbia de quienes con sólo apretar un botón ya disfrutan del ambiente agradable y sobre todo resguardados de las miserias materiales y humanas.
Acuñando lo expuesto, Torres (1982) en su análisis de la dramática vida de Rubén Darío, nos cuenta:
«En los postreros días de esta última permanencia en Santiago, la hiel del resentimiento que se ha acumulado en su corazón, tiene afloración en un poema en prosa [prosema 5 ] de total originalidad, con vibración de himno, acento de protesta social [ ]. La canción del oro es la despedida del poeta resentido a la gran sociedad elegante y plutócrata de Santiago, que lo ignora por completo y que nunca sabrá que su sorbida opulencia acaba de inspirar una página poética incomparable.»
Si bien es cierto, el palpable contraste entre la bella opulencia y la monstruosa pobreza hace pensar que Darío no solo se movió entre la crema y nata de la sociedad chilena, sino también en los muelles y barrios periféricos de Santiago y Valparaíso, la descripción de las mansiones palaciegas con floridos jardines, los flamantes carruajes tirados por corceles de sangre pura, son una cara de la moneda que narra Rubén; la otra, un rostro sucio y maltrecho de mendigos, estibadores y claro, artistas.
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5 Existe un subgénero literario que se ha dado en llamar prosema o poema en prosa. Pero no se trata simplemente de pasar un poema que fue escrito en verso a prosa, como fácilmente se creería. Escribir poesía en prosa es aventurarse a un mar de posibilidades, aventurarse a lo diverso del mundo prosaico, a lo fragmentado de lo coloquial, también a lo visual que va en movimiento. Desde luego que en verso se pueden hacer muchas cosas similares, pero en particular un prosema puede considerarse a veces una pequeña estampa en plena acción, como muchos textos de Baudelaire. Un prosema puede contar un recuerdo y recrear un suceso, sazonarlo de colores y poetizarlo. Un poema en prosa puede agregar tintes de ficción a una escena cotidiana desde un formato de relato breve. En fin. Un prosema es un juego de gradientes emocionales porque bien puede iniciar con un tipo de emoción, desarrollar una secuencia de hechos imaginarios y terminar con reacciones que al final sorprenden o aturden. Ernesto Mejía Sánchez, por ejemplo, tiene un poema en prosa en el que, de la nada, salta y aparece un tigre en medio de un apacible jardín doméstico. (D León, 2013, párrs. 1 y 3)Página 4/6
- En ese sentido, las añoranzas y sinsabores que enfrentó el poeta que nos ocupa, son una prueba fehaciente de que fue precisamente eso lo que Chile significó para él. Con todo esto, no se pretende decir que no saboreó las mieles del placer artístico, sería como negar que el sol caliente el día, si de esa estadía resultó la obra cumbre del Modernismo, además que se codeó con lo mejor del mundo artístico de Suramérica. Es menester aclarar que, sin ese viaje, Azul no se habría concebido, dado que son las vivencias del poeta, en Chile, lo que engrandece el libro.
En ese perfil, lo que Darío percibió en este país le formó el carácter: Nicaragua lo creó, Francia lo inspiró, pero Chile lo formó como hombre y como artista. La sociedad chilena estaba entusiasmada con el arte y la belleza, pero en el fondo, Rubén sabía que el arte en todas sus facetas no era valorado como el oro, los diamantes y el rubí.
Para concluir, cito al mismo Rubén cuando dijo: «Valparaíso, para mí fue ciudad de alegría y de tristeza, de comedia y de drama y hasta de aventuras extraordinarias». No obstante, aquí conoce la pobreza, la explotación, la miseria provocada por el capitalismo y el trato que esta ciudad daba tradicionalmente a sus poetas, tal como se aseveraba ut supra.
Eso sí, a pesar de las situaciones adversas que transcurrió Darío en Chile y la desvalorización de su talento artístico-poético en una sociedad mercantilista, nunca perdió el entusiasmo que, como describe él mismo, es una «virtud tan valiosa como necesaria». Fue así como su obra, legado y genialidad, abarca mucho más que poesía y hace de él, el poeta más importante de nuestro país, Hispanoamérica y el mundo.
Como estudiante de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas de FAREM-Estelí, insto a todos los estudiantes de los distintos niveles educativos y a aquellos que comparten conmigo el fervor dariano, a que leamos a Rubén Darío, quien en su inmensa literatura nos da una lección de vida espectacular, pues en su poema Oh terremoto mental de Cantos de vida y esperanza nos aconseja: «Hay, no obstante, que ser fuerte» y con suma seguridad de sí mismo y de su exuberante talento, dice en su reconocido poema Yo soy aquel que ayer no más decía: «Y si hubo áspera hiel en mi existencia, melificó toda acritud el Arte.»
Por siempre Rubén!
La Trinidad-Estelí, 22 de noviembre de 2017
Nota: el autor es estudiante de III año de Lengua y Literatura Hispánicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Biblioteca Nacional Digital de Chile. (2015). Rubén Darío en Chile ( ). Recuperado el 02 de agosto de 2016, de
D León, E. (2013). Poesía en prosa. Recuperado el 10 de diciembre de 2016, de
Darío, R. (2005). Cantos de vida y esperanza. Managua: Instituto Nicaragüense de Cultura.
Darío, R. (2007). Azul… Managua: EDINTER.
Enciclopedia de Economía. (2009). CAPITALISMO. Recuperado el 10 de diciembre de 2016, de
Lázaro, A. (04 de septiembre de 2010). La canción del oro. Recuperado el 03 de agosto de 2016, de
Matus Lazo, R. y. (1993). Español: Tercer año de secundaria. Managua: MINED.Página 5/6
- Perdomo, D. (04 de diciembre de 2011). EL velo de la reina Mab: Características del modernismo. Recuperado el 03 de agosto de 2016, de
Rodríguez, M. (2004). Paratexto en Azul… de Rubén Darío. Managua: PAVSA.
Rodríguez, M. (2016). Ensayos Hispanoamericanos. Managua: UNAN.
Torres, E. (1982). La dramática vida de Rubén Darío. Managua: Nueva Nicaragua.
Tünnermann, C. (14 de agosto de 2015). Darío en Chile: Azul. Recuperado el 02 de agosto de 2016, dePágina 6/6
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